Seguramente más de una vez en tu niñez jugaste con un trompo, un divertido objeto que lo atábamos a una cuerda y lo hacíamos girar lazándolo al suelo con la mayor fuerza posible.

Pues bien este objeto tan singular y tan simple posee propiedades físicas que sirven para funciones más útiles en todos los ámbitos.
Aunque un trompo por si solo no puede mantener el equilibro sobre si mismo, cuando este se encuentra girando puede permanecer recto y en equilibrio durante varios minutos dependiendo de la fuerza que hayamos ejercido al cuerpo para hacerlo girar. Un trompo al igual que otros objetos giratorios, posee una propiedad llamada momento angular producto de la distribución de la masa del trompo y de la velocidad de rotación que origina una fuerza giratoria. Esta fuerza llamada también momento de torsión consigue que el eje giratorio del trompo de vueltas en ves de caerse y produce el familiar tambaleo que técnicamente se conoce con el nombre de precesión. Cuando la fricción entre el suelo y el trompo hace que este pierda parte de su momento angular, el trompo comienza a reducir su velocidad y se cae.
Jugar con un trompo es del más divertido y mas cuando nos sabemos algunos cuantos trucos que hacen del trompo un divertido objeto con el cual podamos pasar un buen rato, debemos saber que tiene aplicaciones muy útiles en todos los ámbitos. Su aplicación mas importante es el giroscopio, que es un poco mas que un trompo montado en una plataforma giratoria. El giroscopio, extremadamente sensible a los cambios de dirección que afectan su precesión, es indispensable en los sistemas de navegación de aviones y barcos, y ha hecho posible que una nave espacial se pueda guiar por control remoto.
Fuente: http://www.Unibersus.blogspot.com
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